Los padres en la psicoterapia infantil

ENSAYO PSICOLÓGICO

Autora: Pierina Rojas – Interna de Psicóloga
(Equilibrio Bienestar Integral, Lima – Perú)


Introducción

Cuando un niño inicia un proceso psicoterapéutico, suele pensarse que solo él necesita atención o intervención. Sin embargo, detrás de cada niño hay un contexto familiar que influye profundamente en su desarrollo emocional, conductual y social. En ese sentido, la participación de los padres en la psicoterapia infantil no solo es importante, sino esencial para que el tratamiento sea realmente efectivo y sostenible en el tiempo.


Desarrollo

Los padres son los primeros modelos que un niño observa. Desde ellos aprende cómo reaccionar ante las emociones, cómo resolver conflictos, cómo relacionarse y cómo interpretar lo que sucede a su alrededor. Por eso, cuando un niño manifiesta conductas desadaptativas, ansiedad, irritabilidad o dificultades en la escuela, no se puede ver su malestar como algo aislado.
La familia, sus dinámicas y la forma en que los padres se relacionan entre sí y con el niño, son piezas clave para entender lo que está ocurriendo.

La psicoterapia infantil no busca “cambiar” al niño como si el problema estuviera solo en él. Más bien, invita a los padres a reflexionar sobre sus propios estilos de crianza, la comunicación familiar, los límites que establecen y la manera en que acompañan las emociones de sus hijos. Cuando los padres se involucran activamente en el proceso, el niño percibe coherencia, apoyo y contención, lo que fortalece su seguridad emocional y facilita el cambio.

Acompañar no significa controlar, sino estar presentes, escuchar y validar.

Es común que, en las sesiones, los terapeutas incluyan espacios exclusivos para trabajar con los padres. En esos encuentros, se exploran aspectos como las expectativas sobre el hijo, las dificultades para manejar la frustración o el cansancio, y las creencias acerca de la educación y la disciplina.
Muchos padres descubren en ese proceso que, más allá de “corregir” al niño, también pueden sanar sus propias heridas, mejorar su comunicación y aprender nuevas estrategias para acompañar emocionalmente a sus hijos.

Además, cuando los padres participan de manera consciente, se genera un efecto positivo en todo el entorno familiar. Las rutinas mejoran, los conflictos disminuyen y el niño comienza a sentirse comprendido y validado. No se trata de que los padres sean “perfectos”, sino de que puedan ser más sensibles y empáticos frente a las necesidades emocionales de sus hijos. La terapia se convierte entonces en un espacio de crecimiento para todos.


Conclusión

Los padres son una parte fundamental del proceso terapéutico infantil. No se puede trabajar con un niño sin tomar en cuenta el sistema familiar del que forma parte.
La psicoterapia es más efectiva cuando se convierte en un trabajo conjunto, donde tanto el terapeuta como los padres comparten el objetivo de fortalecer el bienestar emocional del niño.
Acompañar no significa controlar, sino estar presentes, escuchar, validar y aprender a mirar con otros ojos aquello que a veces se nos escapa en el día a día.


Referencias bibliográficas sugeridas (formato APA 7)

Malchiodi, C. (2010). Creative interventions with traumatized children. Guilford Press.

Bowlby, J. (1988). A secure base: Parent-child attachment and healthy human development. Basic Books.

Winnicott, D. W. (1965). The maturational processes and the facilitating environment. International Universities Press.

Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2012). The whole-brain child: 12 revolutionary strategies to nurture your child’s developing mind. Delacorte Press.

Facebook
WhatsApp
LinkedIn

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Nosotros

Nos inspiramos en el bienestar integral y el Desarrollo del Talento Humano, creemos en las personas que aprenden y en los vínculos terapéuticos saludables.
© 2024 Todos los derechos reservados